Los perros y los gatos, al igual que el resto de mamíferos, también cambian sus dientes. Esta muda suele suceder en los primeros cuatro o seis meses de vida de un cachorro. Sin embargo, nuestra mascota también puede perder la dentadura definitiva. Los principales factores que influyen en esta pérdida es la falta o escasez de aseo (lo cual puede provocar enfermedades en las encías), o un golpe.
A continuación os dejamos algunos consejos que pueden prevenir esa caída de los dientes, y hacer que vuestras mascotas gocen de una buena y sana dentadura a lo largo de toda su vida:
- Una buena alimentación: existen alimentos especializados que contienen productos para evitar las enfermedades periodontales (que afectan a las encías), y que ayudan a evitar el mal aliento y la aparición de sarro. Estos piensos contienen sustancias aromatizantes para reducir el mal aliento, y son de textura dura, lo cual a través de la fricción ayuda a arrastrar los restos de comida. Además, podemos comprarles huesos, barritas (a partir de los seis meses), o golosinas que puedan roer y con los que los dientes se fortalecen. Por otro lado, también existen soluciones naturales como el pan duro, las manzanas y la zanahoria, que contribuyen a la buena salud bucodental de los animales.
- Juguetes para morder: en especial cuando son cachorros y están mudando la dentadura. En esta etapa es común que nuestra mascota muerda todo aquello que perciba como apetecible: muebles, zapatos, ropa… Para evitar que muerdan todo lo que se encuentran, es recomendable comprarles juguetes duros de caucho, silicona o nylon como huesos, pelotas, etc.
- Aseo frecuente: al igual que los humanos, para nuestras mascotas también es recomendable mantener una buena limpieza de dientes y boca. Se recomienda lavar la boca de nuestra mascota una vez a la semana, con cepillos y pastas dentífricas especiales para animales (las cuales se pueden encontrar en cualquier clínica veterinaria, o tienda especializada). Los perros suelen tener una peor limpieza, ya que apenas mastican los alimentos, por lo que al procesarlos acaban con más restos de comida en la boca. Con un buen aseo podemos reducir el sarro y la placa bacteriana que se acumula en la boca y dientes de nuestra mascota.
- Acudir al veterinario: se recomienda que a partir del primer año de vida de nuestra mascota, acudamos con ella frecuentemente al veterinario (aproximadamente cada seis meses), para que éste pueda realizar un análisis y diagnóstico sobre el estado de la dentadura, y pueda intervenir si existe algún problema en ella.
Esperamos que estos consejos os sean de utilidad, y ante cualquier duda o problema lo mejor es acudir a vuestro veterinario de confianza. El sabrá mejor que nadie qué hacer.